“El que comenzó la buena obra, la perfeccionará”
Por Hno. Eleazar Flores A.
Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Romanos 8:1
El Señor hace una transformación en nosotros, nos mete en un quirófano espiritual; cambia nuestro viejo corazón por uno nuevo, hace transfusiones de fe, de espíritu a través de su Palabra.
Debemos alejarnos de todas las cosas que nos pueden “intoxicar”. O somos carnales o somos espirituales. Cuando nuestra carne es débil, pero nuestro espíritu está fortalecido, podremos poner los dones que recibimos al servicio de la obra del Espíritu, por lo que debemos esforzarnos.
Dios cubre todas nuestras necesidades. Una persona satisfecha, como era Pablo, es un ejemplo a quienes están a su alrededor. Para los que están en Cristo, no hay condenación, seamos personas de ánimo firme, soportando la presión del viejo hombre que está dentro nuestro, libres en el espíritu. Debemos esforzarnos y transmitir vida y esperanza. No prosperará el mal, para los que caminan en integridad, nuestra confianza es Dios.
Romanos 8:5,6 dice: Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu.
Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.
No andemos conforme a la carne sino conforme al Espíritu.